lunes, 28 de septiembre de 2009

La educación y el cinismo político

Artículo semanal del Rector
Lunes 28 de Septiembre de 2009

La educación y el cinismo político

Raúl Arias Lovillo

La educación es un campo de fuerza moral. En ella descansa el pensamiento rector de la formación de los hombres y mujeres que dan sustento al desarrollo político, moral, productivo y cultural de la sociedad. Nada más ni nada menos. De ahí la importancia de las políticas que los gobiernos aplican en este rubro fundamental de la vida pública y todo lo que los estudiosos de la educación investigan en torno a sus perspectivas y su propio desenvolvimiento como disciplina del saber.No hay en el país una organización de investigadores educativos más importante que el Consejo Mexicano de Investigación Educativa, el COMIE congrega a los expertos en la materia más relevantes por su obra y su experiencia. Uno de sus miembros emblemáticos fue Pablo Latapí Sarre, el sabio maestro mexicano de la educación, fallecido el pasado mes de agosto. En el COMIE, quiero decir, concurren los estudiosos más actualizados, inteligenes y representativos de la investigación educativa.El COMIE se reunió la semana pasada en Veracruz y tuvo como anfitriones a la comunidad educativa de la Universidad Veracruzana. Un acierto indiscutible de nuestros académicos.Permítanme un paréntesis: en la clausura de este que fue el X Congreso Nacional de Investigación Educativa, se rindió un sentido homenaje a Pablo Latapí, maestro de generaciones de investigadores, dicho esto en el sentido literal del término. Ahí estuvo su esposa, la señora María Matilde Martínez Benítez, quien anunció la entrega de la Biblioteca de Latapí al COMIE, expresión de la voluntad del maestro; la señora afirmó que “la verdadera herencia del especialista en educación Pablo Latapí Sarre son los investigadores, docentes y estudiantes con quienes compartía su utopía y en quienes pensaba al escribir sus textos”. Cierro el paréntesis.Pero sin duda, una clausura que fue en realidad un preámbulo. Al gesto humanista del maestro Latapí, sus herederos y todos los universitarios que estamos igualmente comprometidos, ahora que enfrentamos una etapa especialmente difícil para la educación del país, habremos de corresponder con un mayor compromiso y una mayor dedicación. Un momento decisivoAsí lo creo. Se trata de una etapa que puede traer grandes sucesos para la educación. Hemos llegado un punto en la que las decisiones políticas se producen en momentos disyuntivos y críticos. Nos acercamos a los riesgos, diría yo, innecesariamente, actuamos en las zonas y en los momentos cruciales. Lo dije durante la inauguración del X Congreso Nacional de Investigación Educativa: este evento tiene una enorme significación para nosotros porque se produce en un momento clave para el futuro de la educación pública nacional.Al recordar la conmemoración del 65 aniversario de la fundación de la Universidad Veracruzana, ante 2 mil investigadores, señalé que en el Consejo Nacional de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), las universidades públicas mexicanas nos hemos empeñado en convencer a los más importantes actores políticos del país de la necesidad vital de establecer a la educación pública superior como una prioridad tanto para enfrentar la crisis económica actual como para encarar con éxito los retos inmediatos del desarrollo nacional.Hoy se afirma, cada vez por un mayor número de mexicanos, que ante el riesgo latente de que nuestro país se convierta en un proyecto inviable, las universidades públicas tienen la responsabilidad de gestar un nuevo modelo de desarrollo nacional.La construcción de este nuevo modelo debe estar ahora en manos de los profesionales y técnicos de las universidades públicas, a quienes debemos de formar y educar en la convicción y el compromiso con la sociedad y sobre todo con los que menos tienen.Pero antes tenemos que ganarle la batalla a la incomprensión y al cinismo. Desde las universidades, unirnos con aquellos políticos que consideran que la política que cierra las puertas a la educación es errática, sin futuro, amoral. Que juntos le digamos que no a la actitud refractaria provocada por una deformación política que ha contagiado a muchos de los actores de esta generación de políticos de la crisis.Sería bueno recordarles que alguna vez Andre Maurois escribió que el cinismo ha sido en todos los tiempos el suicidio de las clases dominantes. Y es de esperarse que su ceguera ante la educación no sea la causa y mucho menos su consecuencia.

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